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sábado, 22 de mayo de 2010

SOBRAN RAZONES PARA UNA RENTA BÁSICA


   Lo que aquí propongo, amable lector, es abrir el debate sobre la Renta Básica de Ciudadanía. Así podríamos aclarar cuestiones tan atinadas como las que tú, seguramente, planteas.

El tema de la justicia social es de capital importancia pero ha de tratarse, a mi entender, en un contexto más amplio que el de la mera economía. La propuesta de la Renta Básica suscita, con frecuencia, el problema de una excesiva ideologización e idealización de signo perfeccionista. Lo anterior lleva a perderse en discusiones interminables sobre sus condiciones de posibilidad y a reducir la renta básica a una mera propuesta ético-moral. Por eso, en la Asociación Renta Ciudadana (ARENCI) partimos de la economía misma y de sus leyes, orientada al servicio del ser humano, y no del ideal ético-moral de justicia o similares. Incluimos la ética y los ideales, por supuesto; simplemente nos merecen un tratamiento diferenciado de las cuestiones estrictamente económicas. Nos interesa saber cómo funciona la economía y la financiación de la renta básica, no su último porqué ni filosofías que dan vueltas sobre sí mismas. No necesitamos esperar a la plena igualdad y justicia social para instaurar la Renta Básica o para acabar con la explotación y la pobreza. La propuesta de ARENCI, y esto es novedoso, se hace desde planteamientos estrictamente económicos, a partir del estudio de la economía real. Constatamos el fracaso, por obsolescencia, tanto del liberalismo como del Keynesianismo y sus variantes. El camino del éxito económico, en el sentido de que la economía funcione para satisfacer las necesidades humanas de todos (no los caprichos), y no para llenar los bolsillos de cuatro acaparadores, pasa por abandonar el objetivo quimérico y disruptivo del "pleno empleo", y cambiarlo por el objetivo necesario del "pleno abastecimiento básico" para todos. Ha de entenderse aquí por tal “la provisión de bienes y servicios imprescindible para cubrir las necesidades básicas personales y sociales, objetiva y democráticamente determinados”, y no los caprichos.

   La crisis actual se ha producido por aplicar unas políticas económicas neoliberales que ya no funcionan, en la estela del pensamiento económico bipolar que oscila, según toque, de Keynes a la Escuela de Chicago. Las soluciones prescritas tanto en la línea de la demanda (neokeynesianos) como en la de la oferta (neoliberales) se demuestran igualmente disfuncionales. Es más, llevadas hasta su extremo con la obsesiva finalidad publicitada de “crear empleo” y “crear riqueza” , generan graves problemas medioambientales que amenazan la vida sobre la faz de la Tierra y están promoviendo lo que con ellas se trataba de evitar. Las políticas de ajuste de caballo y recortes sociales para acabar con el déficit público provocan el descontento social y la amenaza de huelga general. Pero la huelga no servirá de nada si no va respaldada por una propuesta económica alternativa acorde con los tiempos y el interés de la clase obrera, especialmente de los obreros parados a la fuerza que no cobran prestación, ni tienen posibilidades reales de alcanzar una pensión de jubilación contributiva, tal como está la normativa de la Seguridad Social. A poco que se piense, teniendo en cuenta más la realidad que la ideología y las conveniencias del pesebre político, se verá que los sindicatos mayoritarios, y algunos que no lo son tanto, van errados en su obsesión por "crear empleo" y por reivindicar “primero el empleo” . Las propuestas sindicales más voceadas están desfasadas o son insuficientes, son de sobra conocidas. Los sindicatos y la patronal, lo mismo que los partidos y economistas deberían replantearse su orientación y poner, en primer lugar, la "centralidad de la persona". Sobran razones para reclamar un sistema de propiedad incluyente, que garantice el derecho a la existencia, el derecho de todos a acceder a la riqueza natural. ¿Por qué no hablamos del reparto, mediante una Renta Básica Ciudadana, de cierto porcentaje de “riqueza excedentaria en manos muertas”, la que acaparan los capitalistas financieros? No se trata con esto de beatificar a los pobres y demonizar a los ricos, mientras las clases medias son así mismo objeto de explotación. Exigir "medidas contra la banca, los ricos y la Iglesia", como ha hecho recientemente Zapatero, es un ejercicio más de demagogia. Unas medidas económicas sensatas no deberían tener como objetivo principal recaudar la cantidad necesaria para acabar con el déficit y volver, cuanto antes, a las prácticas que nos condujeron a él. El objetivo principal debería ser cambiar la organización y el funcionamiento de nuestra economía, de modo que ésta pueda responder cabalmente a las necesidades económicas de todos los ciudadanos, no a sus caprichos consumistas, ni a la voracidad de ganancia de una minoría acaparadora y adoradora del dios Capital. Se trata de unas "reformas estructurales" alternativas, pensando no sólo en los pobres, sino en la sociedad en general, en la estela del economista Henry George. Hablar de HENRY GEORGE es hablar de la renta Básica. Su libro “Progreso y Miseria” es tan actual como cuando se escribió. Puede leerse completo en la siguiente dirección:

http://www.eumed.net/cursecon/textos/h-george/index.htm

   El mecanismo habitual para la distribución de la riqueza, que sigue siendo principalmente el empleo, ha quedado obsoleto porque ya no sirve a su objetivo. El modelo de crear empleo para distribuir la riqueza está agotado pues, con el aumento del paro forzoso y por el camino de las "políticas de empleo", son cada vez más los excluidos. Vista la insuficiencia, cada vez más obvia, del empleo para la distribución de la riqueza, la solución pasa por cambiar la mentalidad y la práctica económica, adaptando evolutivamente la organización y el funcionamiento del sistema actual, para que éste responda a las necesidades de la gente, teniendo en cuenta las características de la nueva situación: globalización económica, informatización y automatización de los procesos productivos, la desvinculación del empleo como elemento central de la creación de riqueza, que se traduce en el aumento del paro forzoso coexistiendo con un aumento global de la productividad, etc., etc. El inconveniente de los postulados enmarcados en las políticas al uso, tanto de derechas como de izquierdas, es que mantienen posturas y posicionamientos basados en arquetipos teóricos de la sociedad industrial, que poco o nada tienen que ver con la realidad de hoy. La alternativa de introducir la Renta Básica de Ciudadanía como variable estrictamente económica, en una zona monetaria de economía avanzada que ya no da más de sí (como la eurozona), viene a solucionar el problema señalado y, por ende, los que de él se derivan, representados en la paradoja de "las estanterías llenas y los bolsillos vacíos". La renta básica (pagada en moneda corriente, universal, individual, inembargable, y prácticamente incondicional) es la nueva variable que va a garantizar que la riqueza producida por el sistema llegue a todos sin excepción, acabándose con la pobreza de los ciudadanos derivada de la falta de ingresos, patente fracaso del actual sistema de genocidio económico. En tales circunstancias, se entiende la renta básica como un mecanismo capaz de facilitar el equilibrio dinámico del sistema y de encauzarlo por la vía de la humanización, del sentido práctico y la sostenibilidad.

   La financiación de dicha renta pasa, según la Escuela Leonesa de Pensamiento Económico, por una reforma del sistema impositivo; desplazando la mayor carga de los impuestos a la base de la “pirámide de la producción” de la que habla el economista norteamericano Henry George (1839-1897), y que hoy descansa sobre el capital financiero. Hay que llevar la fiscalidad adonde llega la riqueza finalmente, que es al sector económico dominante que impulsa y determina a todos los demás. Lo que hemos denominado la “base de la pirámide georgiana”. De esta cuestión hemos tratado específicamente en varios estudios posteriores a la obra de Ramiro Pinto Cañón: Los fundamentos de la Renta Básica y la ‘perestroika’ del capitalismo. Teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar (Entimema, Madrid 200). Pueden consultarlos en el apartado “Documentos de ARENCI”, en http://rentabasica.blogspot.com “Financiación de la Renta Básica” y “TASA RB” (Estudio sobre la financiación de la Renta Básica).


http://docs.google.com/Doc?id=dcxvss6_6cbbpwxn7

http://docs.google.com/Doc?id=dcxvss6_0cc5thggp

   Se trata de cambiar el modelo vigente (riqueza privada-empleo-asistencia social) por otro en el que una parte del capital privado pasa a los fondos públicos y de éstos otra vez al capital privado, pero no para sumarse al capital empresarial con la excusa de “crear empleo” , sino en forma de rentas básicas. Ello revertirá en la dinamización económica, en el beneficio privado que retroalimenta el ciclo de creación de riqueza privada-social. No se trata, pues, de eliminar el capital ni de bloquear su funcionamiento castigando la especulación, sino de democratizarlo mediante la aplicación de una tasa que la regule y socialice. La Renta Básica, tal como la proponemos desde ARENCI, fundamentada en la Teoría Alternativa, encaja a la perfección como factor dinamizador del nuevo sistema y, a la vez, como su garantía de equilibrio dinámico. Hay una condición indispensable para la implantación del nuevo sistema económico: El modelo de Renta Básica, sobre todo en lo que atañe a su financiación, ha de funcionar correctamente desde el punto de vista estrictamente económico; de lo contrario la Renta Básica no será sostenible, con independencia de su deseabilidad y plausibilidad social o de su evidente contenido redistribuidor y solidario. En teoría funciona. Es hora exigir en la calle un debate político sobre el tema, frente a quienes predican como único remedio reducir el gasto social, los ingresos de los pobres, el salario del obrero y abaratar el coste del despido.

Horacio García Pacios (Presidente de ARENCI)
Foto: Henry George

jueves, 6 de mayo de 2010

ACLARACIONES A UN OBSESO DE LAS POLÍTICAS DE EMPLEO



Señores y señoras
 "refundadores" de IU y demás crédulos de las “políticas de empleo”: tengan en cuenta que, en las actuales circunstancias, toda política de empleo es discriminatoria y excluyente por necesidad. Apoyar dichas políticas es apoyar la discriminación, por más que su ceguera ideológica se lo impida ver: el “mercado de trabajo” está saturado y no es capaz de absorber tanta mano de obra sobrante. Además, no la necesita, es prescindible para la economía real: ¿Por qué si no, pese al aumento del paro, no se han producido problemas por desabastecimiento y sigue habiendo sobreproducción, incluso de capital financiero?

Otra política económica es no solo deseable, sino también posible y necesaria, empezando por la reforma fiscal. La política alternativa pasa por gravar o subir los impuestos a las rentas financieras y del capital en beneficio de los trabajadores y amplios sectores de las clases populares.

La nueva política económica ha de estar orientada, a mi entender, a garantizar el “pleno abastecimiento básico” y no por la fanática y quimérica obsesión del “pleno empleo”.

Por “pleno abastecimiento básico” ha de entenderse aquí la provisión de bienes y servicios imprescindible para cubrir las necesidades básicas personales y sociales, objetiva y democráticamente determinados, y no los caprichos.

En función de este nuevo propósito debería estar orientada la nueva política de empleo. Más allá de esta economía de mínimos, por no decir “economía de guerra”, el empleo sólo debería crecer  en la medida que beneficia al bien común (del que, se entiende, forma parte la conservación del medio ambiente), y no sólo y en primer lugar, como ahora, en la medida que beneficia a los vicarios del dios Capital.

La Renta Básica, tal como la proponemos desde ARENCI, fundamentada en la Teoría Alternativa, encaja a la perfección como factor dinamizador del nuevo sistema y, a la vez, como su garantía de equilibrio dinámico. Hay una condición indispensable para la implantación del nuevo sistema: El modelo de Renta Básica, sobre todo en lo que atañe a su financiación, ha de funcionar correctamente desde el punto de vista estrictamente económico; de lo contrario la Renta Básica no será sostenible, con independencia de su deseabilidad y plausibilidad social o de su evidente contenido redistribuidor y solidario. En teoría funciona. Es hora de exigir en la calle un debate político sobre el tema, frente a quienes predican como único remedio reducir el gasto social, los ingresos de los pobres, el salario del obrero y abaratar el coste del despido.
Estoy en periodo de pruebas, disculpa los errores de bulto. Gracias por tu atención